La fe que no salva
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La falta de obras en la vida de un creyente demuestra falta de salvación, una fe muerta y una fe deficiente que no salva
“14Hermanos míos, ¿de qué sirve decir que se tiene fe, si no se tienen obras? ¿Acaso esa fe puede salvar? 15Si un hermano o una hermana están desnudos, y no tienen el alimento necesario para cada día, 16y alguno de ustedes les dice: «Vayan tranquilos; abríguense y coman hasta quedar satisfechos», pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve eso? 17Lo mismo sucede con la fe: si no tiene obras, está muerta. 18Pero alguien podría decir: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.» 19Tú crees que Dios es uno, y haces bien. ¡Pues también los demonios lo creen, y tiemblan!”