El Espíritu de Vida
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La palabra “espíritu” aparece 22 veces en el capítulo 8 de la Carta a los Romanos, y todas menos 4 se refieren al Espíritu Santo. El enfoque del apóstol Pablo acá no está centrado sobre el Espíritu en sí mismo, sino en lo que el Espíritu hace, y viendo lo que Él hace podemos conocerlo y maravillarnos de Su Persona.
—Romanos 8.1-17; NBLA:
“1Por tanto, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. 2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte. 3Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, 4para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz. 7La mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, 8y los que están en la carne no pueden agradar a Dios. 9Sin embargo, ustedes no están en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en ustedes. Pero si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él. 10Y si Cristo está en ustedes, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo, el espíritu está vivo a causa de la justicia. 11Pero si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de Su Espíritu que habita en ustedes. 12Así que, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne. 13Porque si ustedes viven conforme a la carne, habrán de morir; pero si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne, vivirán. 14Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. 15Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que han recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: «¡Abba, Padre!» 16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. 17Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con Él a fin de que también seamos glorificados con Él.”