Laus Deo
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La frustración, la queja, la confusión y la incertidumbre son el día a día de lo que podemos experimentar en un mundo roto y arruinado por la maldad del pecado y todas sus consecuencias.
Sin embargo, Dios hace posible asombrarnos por quién Él es y lo que ha hecho por los hombres, para que entonces le podamos alabar sin importar las circunstancias.
—Romanos 11.33-36; NBLA:
“33¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son Sus juicios e inescrutables Sus caminos! 34Pues, ¿quién ha conocido la mente del Señor? ¿O quién llego a ser Su consejero? 35¿O quién Le ha dado a Él primero para que se le tenga que recompensar? 36Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén.”